Otro momento inolvidable fue cuando se acercó mi hija Irene en las firmas y me regala una dedicatoria, en la que nos había dibujado a Videgaín, a Joaquín Casanova y a mí en plena presentación, con todo lujo de detalles. Más rebonica que pa qué.
Hoy podéis almorzar con los dos modorros asomando en el HERALDO…
Cuando nos confirmen los horarios sus decimos!